400.000 HABITATGES (ESPAÑA)

CONCURSO INTERNACIONAL, PROYECTO FINALISTA

300 ha

AMPOSTA, CATALUNYA. 2004

EQUIPO: Matías Beccar Varela, Ignacio Beccar Varela, Andreas Leitgeb.

[1] Una operación “típica”. Una acción sencilla: se fracciona el solar en tantas partes como viviendas a construir. El número, la clase de viviendas, vienen dados por el más típico estudio de mercado. Las proporciones de la parcelación, su ortogonalidad, representan la ofrenda que seles hace a los números redondos. Es sólo el primer paso – un guiño a la esforzada sistematización del pensamiento. A partir de aquí, el Arquitecto se pone a trabajar.

[2] Un lote “típico”. El solar es ahora un túmulo abstracto de “Lotes”. Cada “Lote” es adjudicado a un futuro habitante, un “Usuario”. El conjunto es casi un loteo convencional. Casi, porque carece de infraestructura, espacios públicos y cualquier indicio de urbanismo. El “Lote”, cada lote, es absolutamente genérico; comprende en su plano todas las posibilidades/problemas del loteo completo.

[3] Una entrevista “típica”. Sobre esta base, el “Usuario” tiene su reunión con el “Arquitecto”. Se discuten las posibilidades del “Lote”. El programa funcional de la casa se debate junto a la red vial que cruza el solar; el carácter del espacio público y el estilo de la puerta de entrada se deliberan simultáneamente. En esta “Entrevista” la libertad es prácticamente total. Se escuchan, se convienen, cosas como: “dormitorio grande y despojado”, “jardín como una selva”, “patio andaluz”; y también “¡una rambla!” o “por favor, un pasaje sinuoso”, y también “acceso a través de un parque”, “laguna para pescar”, “¡mercado los sábados!”.

[4] Un tipo “típico”. Se llegará, felizmente, a un acuerdo, a un concepto. La “Entrevista” produce un esquema, una pieza de ideas, cuyo valor será el de acotar el infinito de posibles. Se ha construido un concepto (un mundo en miniatura, una rápida concepción del mundo). Así, un nuevo “Tipo” queda definido. Uno por cada “Entrevista”, uno por cada lote. Ahora los “Lotes” estallan de contenido; el loteo se convierte en un catálogo de atípicos prototípicos. Cada “Entrevista” desestructura lo tipológico y hace naer una lógica del no-tipo, unas auténticas tipologías-singulares.

[5] Un plan “típico”. Con todos los “Tipos” sobre la mesa, el Arquitecto arma el Plan. Como si las condiciones generales se hubiesen multiplicado o enriquecido súbitamente, ahora lo que se impone es un trabajo arduo de análisis y formalización. Con paciencia, con ojo y maestría, el “Arquitecto” detecta afinidades, atracciones, conformidades, así como vocaciones irreconciliables, postulados desatinados o torpes, singularidades absolutas, excepciones… El Plan comienza a encontrar una forma a través de estas nuevas agrupaciones, que no son sino conjuntos de permeabilidad difusa, borrosos barrios de simpatías.

[6] ¿Zeitgeist? Un momento. ¿Cómo logran esos “Tipos” (Mundos en miniatura) constituir a la vez un Mundo? ¿Cómo con-viven? ¿Cómo evitar que cada uno de ellos se ensanche, expanda, infle hasta el pasmo? ¿Cómo no reincidir en la batalla de las individualidades, en otra apologética nostálgica del caos?

[7] Una atípica utopía. Proponemos una turbulencia en el seno de las relaciones proyectuales: EL QUE PROYECTA UNA CASA NO SERÁ EL QUE LA HABITE. Porque asumimos que el proyecto de una casa es a la larga el proyecto de una ciudad: una Casa de Segunda Mano Instantánea, y la ciudad es todo lo que queda de este comercio irrestricto. Concretamente: ¿Y si el “Usuario” se reuniera con el “Arquitecto” en la “Entrevista”, no para diseñar su propio hogar, sino la casa de un vecino desconocido que sólo la adquirirá más tarde? El “Usuario” sería un farsante, y este proyecto un hormiguero de testaferros proyectuales. Je est un autre – “yo-es-otro”. La casa de atributos individuales y concretos se transforma en el “Tipo” de atributos más conceptuales y genéricos. El Propietario piensa el “Tipo”, es decir, no ya su añorada casa futura, sino la ciudad que añora para el futuro.