BARRIO ORMA – VIVIENDAS SOBRE EL RIACHUELO

CONCURSO NACIONAL, MENCIÓN DE HONOR

12.900 m2

BUENOS AIRES. 2016

EQUIPO: Matías Beccar Varela, Malcolm Berri, Lucía Digiácomo, Ramiro Paiva.

Las casas de patios que se bifurcan. Un estrecho terreno de 270 metros de largo con uno de sus lados orientado al Norte y el otro hacia el Riachuelo: una cara mirando al Sol y la otra al Río con la esperada implementación de su saneamiento. Nuestro proyecto elige hacer pie precisamente en esta poderosa dualidad. La primera decisión es trabajar un objeto que, como una moneda o el antiguo dios Jano, tiene dos caras: cada una interpretando las fortalezas y posibilidades de su propia orientación. El otro gran desafío por resolver es la proporcionalidad alargada del terreno. En la forma en que ese espacio se fraccione hacia una escala más humana, comunitaria, doméstica, estará el éxito del proyecto. Y nuestra respuesta trata de ser simple, hurgando en lo más fundamental de la tradición constructiva local: el patio. Llevar el patio a su dimensión y proporciones perfectas. De tal manera que esa es la esencia del proyecto: dos patios, uno mirando al Sol, el otro al Río.

Así, el Conjunto se organiza en torno a una sucesión de patios de 12×12 metros, repartidos hacia Norte y Sur, alternando con bloques macizos de iguales dimensiones que se benefician de las cualidades de los patios. Cada uno de los bloques macizos aloja entre 6 y 8 viviendas perfectamente orientadas al Norte y que incorporan el disfrute del Rio en sus expansiones. Agrupando dos de estos bloques (el bloque Norte y el Sur) se forma la “célula madre” del conjunto: la Unidad de Consorcio.

Las 191 viviendas se reparten en 10 Unidades de Consorcio que, como una célula en un organismo, concentran todas las características del proyecto completo. Cada Consorcio reúne 16 viviendas (hasta 24 en los casos ampliados) y con ellas un módulo básico de servicios: tanques de reserva de agua, servicios de encargado como baño y depósitos de limpieza, contenedores de basura, salas de medidores y guardado de bicicletas. Si bien funcionan perfectamente por separado, una circulación semicubierta los intercomunica a todos, favoreciendo las tareas de mantenimiento y en general otorgando flexibilidad para un futuro siempre incierto en lo que respecta a tipologías de uso.

La circulación de acceso público en el corazón de los 2 patios de cada Consorcio resulta fundamental para el espíritu de vida comunitaria que se les quiere dar a estos recintos. (Y asimismo para la seguridad, el mantenimiento general, y una inefable lista de etcéteras que tienen que ver con el justo calibre de la interacción entre lo público y lo privado.)

Cada Consorcio (así como el conjunto en general) atraviesa varias instancias de espacios comunitarios, de expansión y esparcimiento al aire libre. Se accede por el llamado Patio del Sol, espacio abierto hacia la calle y a la vez protegido de ésta por un muro. En este patio predomina el carácter público y gran parte de su superficie es seca para facilitar el recorrido y el encuentro. A los lados, y actuando como búferes de privacidad, 4 pequeños jardines de las 4 unidades de planta baja le otorgan verde y escala familiar.

La siguiente instancia es el llamado Patio del Rio, espacio al que se accede lateralmente y que está dominado por la presencia de las escaleras. Más allá de éstas se encuentran unos jardines ahora de dimensiones mayores y una explanada seca que fomenta el encuentro y conecta con el fondo del terreno, que es como los antiguos fondos de las casas de patios: verde y sin colonizar, conectando enfáticamente con la naturaleza del Río que está próximo. Un macizo de árboles altos busca proteger esas fachadas de las inclemencias del Sur.

Los patios reciben perfecto asoleamiento en todos los meses del año, búsqueda para la cual se bajó 1 nivel en los bloques que dan al frente, logrando que mayor cantidad de sol llegue a los patios “del Rio”. Las viviendas orientadas al Norte tienen ganancias importanes de calor en invierno y, mediante los grandes aleros de los balcones, reducen completamente el impacto del sol en verano. Todas las unidades tienen ventilación cruzada. Y no solo eso: todos los patios tienen ventilación cruzada, gracias a la interconexión de 2 metros de ancho que también los vincula visualmente. La disposición en “damero”, por otro lado, favorece la ralentización de los vientos fuertes y el peinado más sutil de las brisas frescas en verano.

Por último, sobre los volúmenes más bajos que miran al Norte, se ubican las terrazas verdes que se abren francamente al Sol y habilitan toda una serie de usos que pueden ir desde el simple esparcimiento hasta la producción hortícola comunitaria.