CENTRO ARGENTINO DE INGENIEROS

CONCURSO NACIONAL, TERCERA MENCIÓN

8.800 m2.

BUENOS AIRES. 2021

EQUIPO: Matías Beccar Varela, Jano de la Vega (asociado), Manuela Bresso, Cristhian Sandoval Suyon, Joaquin de la Vega, Matías Pavon, Julieta Rosenzvaig, Ing. Nicolás Bilbao (asesor estructural)

Ubicado en uno de los solares más neurálgicos de la Ciudad de Buenos Aires, el Centro Argentino de Ingenieros cuenta con una infraestructura de valor incalculable: la casona diseñada por Alejandro Christophersen. El desafío consiste, a partir de allí, en ampliar en un 300% la superficie de uso, contando para ello con una carpa construible que inevitablemente posa sobre la antigua estructura gran parte de ese metraje. La decisión principal de nuestro equipo es, entonces, la de no tocar en absoluto el edificio catalogado: todos los esfuerzos en este proyecto –tanto los conceptuales como los específicamente estructurales– se originan en la necesidad de conservar intacta la maravillosa preexistencia. Así, el gran volumen a ubicar sobre la antigua casona se piensa como un elemento suspendido, un cubo de veinte metros de lado que se “cuelga” de una estructura portante a construirse en la zona libre del terreno. La búsqueda es doble: por un lado, intervenir lo menos posible en la edificación de gran valor heredada; por el otro, generar mediante la misma operación respetuosa una cualidad arquitectónica significativa.

Los usos de aforo masivo se ubican en las proximidades del nivel de acceso, tomando el Auditorio toda la superficie disponible en el primer subsuelo. La Biblioteca ocupa el amplio primer nivel de la casona. Dos niveles de Administración se ubican por encima de este paquete más público. El quinto piso, de transición, lo protagoniza el café y el amplio Espacio Flexible para seminarios y encuentros del CAI, conformando un mega-salón libre de columnas y con salida a terrazas por sus dos extremos. El volumen superior queda enteramente dedicado a las Aulas y a las pequeñas piezas del programa universitario. Las baterías de sanitarios se ubican siempre dentro de los núcleos verticales, a ambos lados de la planta, dejando el resto liberado para disponer con flexibilidad de variantes en el armado programático.

Como Fase 1 de la obra se acomete la construcción en hormigón armado de los dos grandes núcleos paralelos de circulación vertical, plenos de instalaciones y baterías de sanitarios. Salvando ahora una luz de 14m, la superficie útil se materializa mediante losas nervuradas. Bajo tierra se instala el auditorio con grandes tabiques de submuración y, debajo suyo, los depósitos y salas de máquinas. Todo este fragmento de la obra se ofrece como contrapeso para la siguiente fase, que consiste en un montaje en seco de dos gigantescas ménsulas reticuladas de perfilería de acero. A estos elementos se los vincula mediante vigas Vierendeel que cosen los 6 niveles en el otro sentido, conformando una jaula rígida tridimensional que hará de soporte a los elementos horizontales de los entrepisos.

La serie ascendente de vacíos que recorre la parte “pesada” del nuevo edificio es coronada por un techo de lucarnas operables (orientadas al Sur) que en verano dejan salir el aire caliente hacia arriba, generando por diferencia de presión un efecto chimenea que ventila y refresca el edificio desde su basamento y a través de todos los niveles hasta el último piso.