SUBSECRETARIA DE TURISMO DEL CHUBUT

CONCURSO NACIONAL

RAWSON, CHUBUT, ARGENTINA. 2007

EQUIPO: Matías Beccar Varela, Miguel Altuna, Pamela Goldszer.

Nuestra propuesta se apoya en tres principios ambientales fundamentales: una buena respuesta al problema del viento, un buen régimen de asoleamiento y una buena relación con el ecosistema local en un sentido amplio. La arquitectura debería ser el fruto de interpretar con la máxima sencillez las complejidades de una problemática determinada; en este caso, el desafío lo constituye el edificio de oficinas implantado en la soledad del paisaje patagónico, a la vera de una ruta y de un río. El sol, el viento, las tradiciones constructivas locales, son disparadores que conjuntamente llevan a la concepción de un edificio como respuesta singular a un programa abstracto y con gran vocación de flexibilidad.

Una extensa planta baja alberga la totalidad de las funciones. Hacia el Norte, el tronco principal de la construcción conforma una fachada pétrea que presenta de cara a la ruta una imagen austera y sintética. Sin embargo, la cota más elevada de ésta permitirá descubrir desde el arribo toda la complejidad y el brillo de los techos.

Hacia el Sur, buscando las mejores vistas del Río Chubut, el cuerpo principal se divide en dos alas de oficinas, formando un abanico con un ángulo de 24 grados. Entre ambas queda estructurado un patio de forma triangular, expansión al aire libre con buenas vistas y protegida de los vientos por el propio edificio, continuada por una gran terraza verde que conecta directamente con el paisaje. Ambas expansiones se dan en la cota de nivel del edificio (+4.50m), de manera que conforman una plataforma elevada algo más de un metro con respecto a la cota del terreno más próximo a la costa. Estos desniveles se resuelven con gaviones de piedra del lugar que a su vez conforman bancos informales. La situación elevada de la expansión principal del edificio permite gozar de una perspectiva novedosa y más vasta del Río Chubut.

En el interior, el gran metraje requerido para las oficinas es subdividido en dos sectores según sus diferentes características. Las áreas de Administración y Dirección se distinguen del resto por su mayor cantidad de despachos cerrados en relación a las zonas abiertas. De esta manera, el ala Oeste permite, desde su planteo estructural, una mayor cantidad de metros cuadrados para despachos. Por el contrario, todas las áreas restantes del programa tienen un menor requerimiento de zonas cerradas. Esto, en nuestro proyecto, se traduce en el ala Este: una gran planta libre donde las oficinas se organizan abiertamente y con flexibilidad máxima, con una pequeña mochila de despachos privados y de menor escala. Ambas alas confluyen en la zona común del hall triangular de acceso y su “espejo” al aire libre que es el patio.

La arquitectura del proyecto está fuertemente definida por la tipología constructiva de la estructura de madera y los techos que soporta. Se diseñaron tres tipos de cerchas diferentes de acuerdo a los requerimientos de cada sector. La zona de capacitación, por ejemplo, con el auditorio y el aula, tiene cerchas que salvan una luz de 12 metros. En tanto el ala Este, que alberga las diferentes direcciones de la Subsecretaria, cuenta con cerchas de 12 metros también, pero divididas por un apoyo, que genera un tramo de 8 metros y otro tramo de 4 metros. Justo en este punto de apoyo, y coincidiendo con una variación en el uso, se da también el quiebre de la cubierta que posibilita la entrada de luz complementaria, prácticamente cenital, orientada al Noreste. Algo parecido a lo que pasa en el ala Oeste, esta vez sobre el mismo plano de la fachada, abriendo altos lucernarios hacia el sol del Este. Es de esta forma asimétrica que el edificio responde a los constantes vientos del Oeste, típicos de la Patagonia y muy acusados en casos como el nuestro, donde la vegetación es rala o inexistente.