POLO TECNOLÓGICO LA MATANZA

CONCURSO NACIONAL, PRIMER PREMIO

12.800 m2

LA MATANZA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES. 2014

EQUIPO: Matías Beccar Varela, Jano de la Vega (autor asociado), Marina Valor, Hernán Yapura, Malcolm Berri, Filipa Guimaraes.

Ubicado en Ciudad Evita, sobre el Camino de Cintura que recorre el conurbano bonaersense, el gran terreno disponible –más de 700 metros de largo– tiene como referencia inmediata el Hospital Zonal General de Agudos Dr. Balestrini. La primera decisión consiste en ubicar el complejo edilicio tan próximo al Hospital como sea posible, aspirando a configurar un cluster urbano en medio de los grandes vacíos que dominan la zona. El resto del terreno se resuelve como un parque para la comunidad, parque diseñado de tal forma que propicia las futuras etapas de crecimiento del Polo.

La cabecera del complejo se desarrolla en tres niveles. En ella se establecen la totalidad de las áreas institucionales, administrativas y de investigación, en torno a un gran espacio común que propicia el intercambio interdisciplinario y la creación de un ámbito agradable de trabajo.  

La segunda sección se desarrolla en el sector más angosto del terreno y alberga las incubadoras de empresas en una serie de edificaciones modulares que, alternadas con patios verdes, favorece la independencia relativa necesaria para la superposición de actividades de muy diversos tipos. La salida directa al contrafrente resulta perfecta para la logística diaria de abastecimiento a este tipo de programas.

Uniendo todo el conjunto, el denominado “Conector” vincula peatonalmente tanto las Incubadoras entre sí como con el edificio cabecera, y se constituye en la pieza fundamental e identitaria del Polo. Su gran alero protege incluso al transeúnte que camina para tomar el colectivo, recreando el espíritu de las viejas recovas y su vocación de urbanidad.

El Conector aparece por otro lado como un elemento clave en el aprovechamiento energético del edificio: por su diseño en corte, recibe el máximo de rayos solares en invierno y los rechaza por completo en verano. En verano, la piel del Conector se abre y deja pasar las brisas que, gracias a la forma de embudo del recinto, se aceleran por efecto Venturi y pasan al interior de las incubadoras para finalmente salir por las grandes aberturas ubicadas en su parte superior. En invierno, por el contrario, la piel está herméticamente cerrada y el ángulo solar más bajo baña por completo el interior del Conector, generando un efecto invernadero y haciendo que el mismo funcione como un gigantesco Muro Trombe. El techo del Conector es también un gran recolector de aguas pluviales, que pueden acopiarse y utilizarse para el abastecimiento de todo el complejo.

El Polo Tecnológico es una oportunidad para probar el funcionamiento de una arquitectura verdaderamente sustentable, tomándose como hace de las variables de su implantación concreta para propiciar un aprovechamiento energético real y, así, integrarse con el mayor impacto positivo posible en su entorno natural, urbano y social.